Audioimagen(ex)

En esta sección trabajaremos, entre otros, los siguientes aspectos:  
Impensa (1): Espectro de la imagen en el Pensamiento. Imagen y Visualidad. Espectro visual. Imagen, (Re)presentación y (Re)producción. Imaginación, imaginario y espectralidad. Imagen, aparición y desaparición. Imagen-objeto e imagen-conciencia. Imagen-movimiento, imagen-intersticio, imagen-detenida.
Imagen(ex). Posición y exposición. Proyección, abyección e introyección. Rangos y frecuencias: obliteración, desvanecimiento, fundido, difusión, corte, elisión, sobre-impresión. Toma del espectro.
Bordes de la imagen, campo-contra-campo. ¿Dentro y fuera de la imagen?. Pre-sencia y ab-sencia. Delante, costado y detrás de las imágenes. Lugar de las imágenes. Distancia, a-lejamiento y proximidad: cómo llegan y vamos a las imágenes. ¿Dónde estamos cuando nos las vemos con las imágenes? Ir y huir de las imágenes. Fondo y superficie de la imagen. Sobreficie y subficie: crítica de la lógica de inscripción. Materias e inmaterias de la imagen. Estética y estesia de la imagen.
Imagen-política. Neutralidad, particularidad y universalidad. In-distinción. Transiciones políticas y audiovisuales. Con-sentir y di-sentir con las imágenes. Políticas de las imágenes. Policías de la imagen. Vigilancia, liberación e imagen-impacto (shooting image).
Conjura, credibilidad y verificación. Evidentia y previdentia de las imágenes. Autorías y confirmaciones. La imagen ¿se afirma? ¿Puede decir no?
Imagofilia e imagofobia. Desprendimiento retiniano, violens y academicismo del ojo abatido.
Economía de la imagen. Iconomía, crédito y apuesta en valor. Circulación, transacción y traspaso.
Impensa (2): Audioimagen y audiovisualidad. Espectro sonoro. Sonido, aparición y desaparición. Microphoné, alta-voz, ruido, rumor y silencio. Fenómena y fonómena.  Auriocularidad. El pensador auditor, el pensador veedor.



EL CONCEPTO DE IMAGEN(EX)

A lo largo de nuestras investigaciones, hemos buscado constituir algunos conceptos operativos para cuestiones de espectralidad y desaparición. El de imagen(ex), despliega su espectro de cobertura. Por una parte, como prefijo, (ex)imagen alude a la intervención retencional de las imágenes, su rol en la constitución del pasado y la memoria. Pero también, deja a pie a considerar a la imagen misma como huella ‘que ha sido’, un vestigio, que para nuestro época traba relación con la inmediatez, con el ex-vestigio. Además, no es la imagen, sino en plural: las imagen(ex) que requieren un catastro a la vez esquemático y contraesquemático. Sería necesario un índice para establecer diferencias y semejanzas de estas imagen(ex). Por ejemplo, la caracterización histórica del ídolo-eidôlon (que significa fantasma de los muertos, espectro, y sólo después imagen, retrato) y que tiene otras acepciones ligadas (como ha apuntado Vernant en sus estudios): la imagen del sueño (óneiros), la sombra (skiá), la aparición sobrenatural (phásma), el fantasma de un difunto (psyché), y el kolossós, la piedra erigida en el suelo o colocada en la tumba vacía que representa al cadáver ausente. Imagenex, entonces, con la variable 'x' como enumeración y descripción: la imagen-simulacro, la imagen-icono, el eikón o imagen-semejanza (relación entre modelo y copia) y por supuesto, tanto el phantasma como el spectrum, donde éste último guarda cercanía con el espectáculo y el retorno de lo muerto (como apuntó Barthes) y con el doble y la mediación (entre el signo de lo invisible y su retorno de lo visible, entre lo muerto y lo vivo) al que tanto su fluidez (psykhé, el soplo) como su rigidez (kolossós, la piedra) suspenden al hombre vivo que camina sobre el suelo pero sin dejar los pies enclavados en él (como señaló Enaudeau), algo que hay que tener en cuenta en términos de indicio, huella, vestigio y superficie de inscripción. Ya desde el siglo pasado, quedó claro que había que realizar una crítica de las nociones de mímesis, imago y representación (un dilema en el que la división ausencia-presencia se escinde a su vez entre la ausencia en la cosa, que es un problema de representación, y la ausencia de la cosa, que es un desafío de reproducción); intensificar la relación entre imagen-mental e imagen-objeto (trabajada por Stiegler) y definir una evolución conjunta de las creencias y de las técnicas de las imagen(ex), es decir, una mediología (lo que ha intentado Debray) de la historia de lo visible: desde la mirada mágica (que suscitó el ídolo), pasando por la mirada estética (el arte), hasta la económica (lo visual, la numerosfera). En esta última etapa (como lo aclaró Daney) la imagen es absorbida por lo visual y ya es indisociable de lo económico, militar, político y publicitario.
Para muestra, un simple enlace. ¿Se puede patentar un concepto? Imagen-ex es ya la firma de una empresa mexicana de avisaje, rotulación y letreros “con experiencia en satisfacer las necesidades específicas de imagen interior y exterior de los clientes”. Y nos dice: “El mundo está lleno de imágenes, aprovéchalas”. Hay otra empresa, esta vez estadounidense (Imagenex Technology Corp., cuyo lema es “redefiniendo la claridad de imagen”), que ofrece tecnología sonar para usos variados en el mar, desde arqueológicos a militares.
Precisamente es esta dimensión sonar, acusmática incluso, la que queda habitualmente relegada del análisis de las imágenes. Hoy es imposible descartar el "punto de escucha" (para usar el término de M. Chion) del régimen del "punto de vista". De alguna manera, es la demanda de una historicidad del archivo audiovisual del siglo. Es factible trabajar las imagen(ex) con el criterio de la banda de imagen sonora, de modo que el régimen de discursividad sea analizado con su tenso vínculo de visibilidades (tomas de microfonías y macrofonías, espectáculo y audiencias, paso del oidor al veedor, etc.) y entendamos desde otra óptica, desde 'el ojo del oído' incluso, las imágenes habladas (eídola logómena).
Imagen(ex) para un época contemporánea donde el prefijo 'ex' galvaniza toda relación entre política y estética (y no debiera considerarse una exageración que sea así para toda relación mediatizada entre cultura y técnica, entre cuerpos y objetos).
Exposición , exhumación : las imágenes, como los cuerpos, han sido el campo de una operación extractiva donde el pensamiento y la memoria han debido a su vez pensarse como devenir exiliado, esto es, con nuevas localizaciones (distancias, mediaciones, a-lejamientos y cercanías), desde las que analizar lo que se da como un exsilire, un “saltar-afuera”, un violento pasar de dentro a fuera. Ahora bien: no nos interesa contribuir al maniqueísmo del tipo ‘exterioridad radical’ contra ‘interioridad arrasada’, porque bien podría sostenerse a contrario que tanto en mano doxa como en mano docta mantenemos la tradición de ningunear violentamente las exterioridades, defendiendo un retorno a las esencias del adentro. Preferimos posicionarnos como fronteros técnicos que recogen la evidencia de una tensión entre adentro y afuera, entre interior y exterior, entre lo implícito y lo explícito, entre ocultación y desocultamiento, entre aphánisis y epíphasis.
No queremos decir que un cierto fenómeno de desaparición (aphánisis) sea equivalente necesariamente a un ocultamiento en un adentro. De hecho, el siglo XX creó las maneras de una desaparición en lo abierto, en el afuera. Tampoco hay que entender esta relación-entre como violenta per se. Es una negociación de fuerzas para campos que se han manejado de manera autógena y autosuficiente en el pensamiento hasta bien entrada la época contemporánea. Romper esos campos, como en toda partida, en todo parto, implica violencia. Por eso los intermedios son fundamentales, máxime si tenemos que hablar de medios, objetos y técnica.
En principio, estaríamos de acuerdo en puntualizar, con Nancy, que “la exposición es el ser mismo”, es decir, el existir. Una patencia, más que un trasfondo o latencia. Pero Nancy descarta demasiado pronto (incluso, cuando señala que el cuerpo se expone como su foto-grafía, como “ser expuesto del ser”) las mediaciones técnicas (las envolturas, las intervenciones) a las que es sometido ese cuerpo autoexpuesto y que reactivan los vestigios ontológicos –aunque sea como reacción conservadora, aunque sea como ficción de un espacio submediático- de lo cifrado, lo secreto, lo oculto. Las imagen(ex) se hacen cargo de esta explotación vestigial, que explica la vigencia del debate entre intimidad y publicidad, o entre lo implícito y lo explícito.
Imagen(ex), imágenes. para una última centuria que reactualizó el uso de la palabra y la experiencia del exilio (exsilium, destierro). En efecto: imágenes para una época de destierro, desentierro, desterritorialización, pero también de sus inversiones y reacciones de retornos a la tierra. Por otra parte, es cierto que han sido el agua y el aire elementos del borde político contemporáneo (y de la desaparición y la muerte), pero su radicalidad de criptas abiertas se mide justamente por contraste in-humano entre inhumación y exhumación. Esto es relevante para la pregunta por la des-localización de la escritura y de la imagen exiliada. De este modo, habría que ver el traspaso complejo entre lo que señala Certeau acerca de la escritura de la historia como rito de entierro, como marca entre muertos y vivos (entre el pasado y los posibles del presente y del futuro), y lo que apunta Alfredo Jaar de las imágenes como una religión avanzada que entierra la historia.
Por último, imagene'x', donde esa 'x' es la posibilidad de la impensa. Cúando viene y cuándo se va una imagen. Desde dónde, hacia dónde. Cuál es su limes. Ya sea para la distinción cultural (Altas imágenes, imágenes de la bajeza, imágenes de clasificación 'x'), ya sea para sus dinámicas materiales como objeto o como no-objeto, como información, como forma en relación a un fondo o fundida a él.
Imagen(ex) y borde.